Un amor convertido en festival: la boda de Verania y Bernardo

El amor, ese sentimiento que une a las almas afines, llevó a Verania Echaide y Bernardo Huerta a un viaje lleno de romance, sorpresas y música. Su historia comenzó en una exposición de Darwin, donde su pasión por la biología prendió la llama que encendió una historia de amor inolvidable.

La pedida de mano de Bernardo fue una obra maestra del romanticismo. Durante un viaje de trabajo de Verania a Dubai, Bernardo la sorprendió con un anillo de compromiso durante un picnic nocturno en medio del desierto. Marcó el comienzo de un nuevo capítulo en sus vidas, caracterizado por el amor y la complicidad.

Con la boda en mente, Verania y Bernardo buscaban algo único y original. Es así como encontraron en La Puta Suegra el aliado perfecto para plasmar su esencia en cada detalle. Desde el primer encuentro, sabían que habían dado con un equipo creativo que entendería su visión y la llevaría a nuevos horizontes.

La elección del lugar, el Proyecto Público PRIM en Ciudad de México, fue un homenaje a su pasión por la arquitectura y el diseño. Desde el primer momento, supieron que era el escenario perfecto para su boda, con su encanto porfiriano restaurado que captaba su amor por la ciudad.

El concepto de la boda, inspirado en un festival de música de los años 70, fue una manifestación de su amor por la música y la diversión. Con la ayuda de La Puta Suegra, consiguieron mezclar la rebeldía del rock con un estilo refinado y sofisticado, creando un ambiente único y envolvente que transportó a sus invitados a otra época.

La decoración fue un aspecto fundamental para crear el ambiente deseado. Desde las mesas decoradas con cúpulas de cristal que contenían arañas falsas hasta los candelabros torcidos que adornaban el pasillo, cada elemento estaba pensado para sorprender y cautivar a sus invitados. La sala contigua al bar, decorada al estilo de los años 20, fue uno de los puntos álgidos de la noche, donde los invitados disfrutaron de deliciosos cócteles inspirados en la personalidad de la pareja, cortesía de su amigo camarero, Mafer Tejada.

Josep Plana Nadal