Aunque la arquitectura del Laks ya es impresionante por sí sola, el diseño interior de la icónica Kelly Wearstler es lo que realmente eleva la experiencia dentro del hotel. Conocida por su estilo ecléctico y sus atrevidas combinaciones de texturas, Wearstler consigue crear una atmósfera cálida y envolvente que refleja tanto el espíritu costero de Santa Mónica como la sofisticación cosmopolita que cabe esperar en un lugar de este nivel.
El interior del hotel está repleto de materiales naturales como la madera, la piedra y el mármol, que se entrelazan con suaves tejidos y elementos decorativos únicos. Cada espacio, desde el vestíbulo hasta las habitaciones, parece diseñado para inspirar tranquilidad y creatividad, con una paleta de colores neutros y tonos tierra que se complementan a la perfección con la luz natural que inunda cada rincón.
Nuestra habitación era un ejemplo perfecto de esta armonía de estilos: grandes ventanales que dejaban entrar la brisa del Pacífico, muebles modernos y detalles artesanales que añadían carácter a la decoración. El diseño de Kelly Wearstler quedaba patente en cada elección, desde las formas orgánicas de las lámparas hasta los detalles de cuero y lino que invitaban a relajarse sin perder elegancia.