Por qué nos llamamos La Puta Suegra: La historia detrás de un nombre inolvidable

Cuando fundamos La Puta Suegra, sabíamos que el nombre no pasaría desapercibido. No íbamos a lo seguro, al contrario, estábamos buceando en el mundo de los eventos, concretamente en el de las bodas, un sector tradicionalmente conservador y monótono. Teníamos claro que queríamos romper moldes y aportar una frescura que hacía mucha falta. Así que elegimos un nombre atrevido que reflejara esa actitud.

 
 

Un nombre para recordar, literalmente

Nuestra filosofía era sencilla: queríamos que nuestro nombre quedara grabado en la mente de la gente. Decidimos que era hora de dejar a un lado las tarjetas de visita y las presentaciones aburridas. Con La Puta Suegra, buscamos un nombre que la gente recordara, que resonara en su cabeza mucho después de una conversación. Es directo, irreverente y, sobre todo, inolvidable. Una vez que se oye, es difícil olvidarlo, y a menudo provoca una sonrisa (aunque sea un poco incómoda).

 

Romper moldes en el mundo de las bodas

En un mundo de bodas lleno de tópicos y convencionalismos, nuestro objetivo estaba claro: ir a por un público que buscaba algo diferente. Con La Puta Suegra, sabíamos que nos dirigíamos a quienes querían celebrar su amor de forma auténtica, con un toque de humor y frescura. Quienes nos contratan saben exactamente quiénes somos y qué hacemos: no somos una opción más en el mercado; somos una alternativa que desafía la norma.

 
 

¿Un riesgo o un éxito garantizado?

Desde el principio, éramos conscientes de que dividiríamos opiniones. Podía ser un desastre monumental o el mejor golpe de suerte. A algunos les encantaba el nombre; a otros les resultaba incómodo. Pero de eso se trataba. Nos dimos cuenta de que si el nombre era memorable, ya habíamos hecho la mitad del trabajo. Seguimos oyendo que, aunque suene atrevido, todo el mundo lo recuerda.

 

La idea de La Puta Suegra

El término "suegra" conlleva su propio simbolismo de complicidad y, a veces, incomodidad. Quisimos plasmar esa mezcla en nuestro nombre: un personaje que puede ser desafiante pero al que es imposible ignorar. La Puta Suegra encarna una actitud de espíritu libre, directo y divertido, que se refleja en cada evento que organizamos y en nuestras interacciones con los clientes.

 

Un nombre que deja huella

Así que aquí estamos: una empresa que lleva con orgullo un nombre que da que hablar. Un nombre que, al fin y al cabo, hace exactamente lo que queríamos: no pasa desapercibido y, allá donde vamos, la gente nos recuerda sin necesidad de sacar una tarjeta de visita. Y al final, eso es lo que importa: que La Puta Suegra sea un nombre que perdure.

 

Con nosotros, el mundo de las bodas ya no es lo que era. ¡Y eso es exactamente lo que queremos!

Josep Plana Nadal